En esta época en la que el conocimiento se simplifica y se difunde a través de etiquetas, de listas con 'lo más' y 'lo mejor', de titulares, memes y escasos caracteres, en esta época en la que se ensalza lo liviano y pasajero, leer a Unai Elorriaga es un regalo que he querido compartir con esta edición de Nosotros no ahorcamos a nadie. La escritura de Elorriaga posee muchas de las virtudes de las que carece buena parte de la literatura contemporánea: profundidad, singularidad, cuidado en cada palabra, en cada construcción sintáctica, un conocimiento literario vasto que, sin emba ...